16 junio 2009

El Río

Un río de agua dulce,
tu cuerpo.
Dulces labios, espectro
carmín como el fuego.
Enardecimiento de mi materia
al sentir la invitación
del viento que blandes
con tus movimientos.

Tu cuerpo, un río
que se pierde en la lejanía,
alimentando las raíces
buscadas y halladas,
equivocadas y acertadas
en el fluir de tu curso.

Tu cuerpo, un río.
Mis raíces, sedientas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

este texto es hermosisimo

un beso mu gordo, guapisima y felicidades

pablo