28 julio 2009

¿Y vos me juzgas?

Con sus palabras insonoras,
me enjuicias
sin haber cometido delito alguno,
con un derecho que no le concedí.

Segura de no ser quien vos creéis,
camino consciente de que no
le volveré a ver.
Desde el ilícito juicio,
su imagen no es más
que un reflejo difuso
que puedo atravesar
sin perturbar mi indiferencia
hacia su persona.

Fehacientemente,
mis oídos han dejado de
escuchar sus falaces palabras.

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