21 septiembre 2009

Líneas

A lo lejos,
en un balcón de cualquier edificio
de una ciudad cualquiera,
observo a una mujer.

Su larga melena,
agitada por el viento,
acaricia su rostro.
Su cálida mirada
es rodeada por
bellas e históricas líneas
que en otro tiempo
se definieron
como llantos y risas
visible testimonio
de su particular
desfile por la vida.

En su mano un cigarro
y en su serena mirada,
perdida en el desvanecimiento
del humo,
la aceptación de que en
algún instante se consumirá.

1 comentario:

Cuentista dijo...

Coqueteas con dramas existenciales...